El objetivo de una terapia sexual es simple y conciso: disfrutar de nuestra vida sexual. Así dicho, si tu pareja y tú no tenéis ninguna dificultad en este ámbito, puede parecer muy sencillo alcanzar ese fin, pero la realidad es otra; muchas personas encuentran barreras a la hora de tener una sexualidad plena.
¿Por qué acudir a una terapia sexual?
El ritmo de vida que llevamos, el estrés, las prisas, molestias físicas, hijos y otras causas pueden afectar a nuestro deseo entre otras cosas. Algunas de las razones por las que se puede querer acudir a una terapia sexual son las siguientes:
- Falta de deseo. Esta situación es bastante habitual y con ella es común que surgan muchas preguntas: ¿ya no me excita mi pareja? ¿la rutina se ha apoderado de nosotros?
- Dolores durante el coito. La combinación de trabajar el suelo pélvico con terapia sexual es ideal en aquellas personas para las que practicar el coito es un símil de molestias e incomodidad. Por ejemplo en el caso de mujeres que sufren dispareunia o Vaginismo.
- No alcanzar el orgasmo. Esta situación es habitual y no hay motivos para preocuparse. Por extraño que pueda parecer, al igual que aprendemos a escribir y a montar en bici es posible aprender a alcanzar el orgasmo.
- Problemas de erección o eyaculación precoz. Hay hombres que no están cómodos en sus relaciones porque consideran que tienen algún problema de erección o su orgasmo se da antes o después de lo que querrían.
- Eliminar tabúes y/o aprender prácticas nuevas. No hace falta encontrarse necesariamente en alguna de las situaciones anteriores para echar mano de este recurso. También le puede venir muy bien a aquellas personas que quieran aprender prácticas nuevas, quitarse ciertos tabúes, conocer mejor su cuerpo y, en definitiva, mejorar su vida sexual ya sea de forma individual o en pareja.
En qué consiste una sesión de terapia sexual
En mis años de experiencia las preguntas más comunes con las que me he encontrado han sido: ¿qué se hace en sesión? ¿hay deberes? ¿hay que desnudarse? Una terapia sexual funciona de la siguiente manera:
- Empieza como todas las terapias: con una recogida de información tanto de aspectos de la vida en general (familia, amigos, parejas, estudios, trabajos…) como del aspecto sexual en particular.
- Posteriormente, además de la posible utilización de diversas herramientas psicológicas (cada caso es único), se enseñarán técnicas y ejercicios para que se lleven a cabo en casa. Es decir, existe lo que se podría llamar “deberes”, pero estos se hacen en casa; durante la sesión ningún paciente deberá desnudarse.
Toda terapia, sea del tipo que sea, supone un esfuerzo, paciencia y tiempo. Lo más importante de todo no es el problema en sí, si no la capacidad de identificarlo y tratar de ponerle solución. Esto ayudará a estar cada vez más cerca de vuestro objetivo como pareja: el placer.
Si quieres más información sobre la terapia sexual no dudes en ponerte en contacto con nosotros llamando al 91 6315217.
Marta García Peris – Sexóloga